Ácidos grasos Omega-3, razones Para utilizarlos

Los ácidos grasos Omega-3 pertenecen al grupo de las grasas o lípidos saludables, que se encuentran en algunos vegetales y pescados. Debido a sus características físicas y químicas, estos ácidos grasos actúan en nuestro organismo, cumpliendo funciones esenciales que permiten el normal funcionamiento en diferentes procesos fisiológicos.

En los últimos años, asistimos a una creciente popularidad de los beneficios de los ácidos grasos Omega-3 sobre la salud. En este contexto, se promociona la existencia de leches, huevos, yogures, pan y de productos que la industria de los alimentos enriquece con ellos;  mientras que diferentes laboratorios entre ellos MundoNatural los comercializan de distintas formas ,como suplementos  

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Los ácidos grasos Omega-3 se comportan como un verdadero «medicamento natural que participa en la prevención o en el tratamiento de diferentes enfermedades. Luego de varias décadas estudiando sus efectos asombrosos se encontró que, una vez que son incorporados a la dieta,  se depositan en las membranas de la mayoría de las células del organismo, en mayor cantidad en la retina y en el cerebro»,

 Efectos beneficiosos que poseen Los ácidos grasos omega-3 en las siguientes situaciones clínicas:

1) Enfermedades  cardiovasculares

Los ácidos grasos omega-3 pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares,  prevenir las arritmias, reducir el riesgo de trombosis, disminuir los niveles de triglicéridos, inhibir el crecimiento de placas arterioscleróticas, mejorar la función endotelial  vascular, reducir la presión arterial y la inflamación en general. Además, pueden disminuir la muerte súbita por paro cardíaco.

2) Diabetes Mellitus asociada con enfermedades cardíacas

Los ácidos grasos omega-3 reducen la incidencia y mortalidad de enfermedades cardiovasculares en pacientes con diabetes, al disminuir los triglicéridos, agregación plaquetaria y efectos antiarrítmicos

3) Artritis reumatoide

Los ácidos grasos omega-3 disminuyen el número de articulaciones con dolor, presentes en esta patología.

4) Colitis ulcerosa

Los ácidos grasos omega-3 produce una reducción  en el uso de corticoides, con disminución de mediadores de la inflamación y una mejoría general.

5) Dolores de la menstruación (dismenorrea)

Los ácidos grasos omega-3 mejoran los períodos dolorosos y disminuir la necesidad de tener que usar medicamentos para el dolor tales como los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).

6) Psoriasis:

Los ácidos grasos Omega-3 reducen los eritemas de las lesiones cutáneas.

7) Dermatitis atópica:

Se ha demostrado que los ácidos grasos omega-3 benefician las lesiones cutáneas.

 

8) Depresión

Los ácidos grasos omega-3 producen efectos antidepresivos, y además combinados con algunos antidepresivos, aumentan los efectos de estos medicamentos.

9) Esquizofrenia:

Los ácidos grasos omega-3 mejoran diversas síntomas de la      esquizofrenia, pueden acelerar la respuesta al tratamiento y mejorar la      tolerancia de las medicamentos antipsicóticos.

10) Osteoporosis:

 Los ácidos grasos omega-3, solos o en combinación con calcio, retardan la pérdida de masa ósea y aumentan la densidad en el hueso del muslo (fémur) y la columna vertebral en las personas de edad avanzada con osteoporosis.

 

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Trigliceridos y acidos grasos omega 3

LOS TRIGLICERIDOS Y LOS ACIDOS GRASOS OMEGA 3

Durante los últimos años han sido publicados varios estudios que han puesto de relieve la utilidad terapéutica de los ácidos grasos omega-3 en patologías diversas. Los efectos en patologías cardiometabólicas son los que han contado con las mayores evidencias científicas de su utilidad terapéutica, debido sobre todo a su efecto reductor de trigliceridos

 

Existen una gran variedad de compuestos en el mercado entre los llamados “suplementos alimenticios”  como omega 3 Plus de Mundo Natural basados en ácidos grasos omega-3. En este articulo solo revisaremos y nos basaremos en los ensayos clínicos que se han realizado con unas concentraciones y pureza de omega-3 bien definidas, es decir de los ácidos grasos omega-3

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Sus efectos a nivel de reducción de trigliceridos, ya sea en monoterapia o en terapia combinada con estatinas, están perfectamente definidos mediante ensayos clínicos aleatorizados, doble ciego y comparados frente a placebo. El mecanismo de acción por el cual los ácidos omega-3 reducen los trigliceridos está relacionado con sus acciones a nivel de varios receptores nucleares, implicados en la síntesis/ catabolismo de los triglicéridos. Se ha demostrado un efecto reductor de los ácidos omega-3 de la síntesis/activación del factor de trascripción hepático Sterol Regulatory Element Binding protein (SREBP)–c,que estimula la síntesis de enzimas lipogénicas.  presentan otra serie de acciones que pueden contribuir a sus efectos beneficiosos a nivel cardiovascular, como son sus acciones antiinflamatoria, antioxidante, reductores de la presión arterial y antiagregante.

 

Su eficacia en la reducción de triglicéridos, sus características farmacocinéticas favorables (de absorción, unión a proteínas, metabolismo y eliminación) y su seguridad en monoterapia o en combinación con estatinas, hacen de estos fármacos una buena opción terapéutica.

 

La hipertrigliceridemia grave como factor de riesgo cardiovascular

 

A pesar de que el papel del colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad (c-LDL) como factor de riesgo cardiovascular de primer orden es ampliamente reconocido7 y que su descenso por medio de estrategias terapéuticas ha reducido significativamente la mortalidad cardiovascular5,las enfermedades cardiovasculares continúan siendo un reto importante para la salud pública en los países desarrollados.

 

En Europa, la mortalidad cardiovascular es responsable del 50% de todas las muertes que se producen al año8. Aunque existen evidencias de que el tratamiento con estatinas reduce el riesgo relativo de presentar un episodio coronario alrededor de un 30% (aproximadamente un 23% por cada mmol/l [39 mg/dL] de reducción del c-LDL)9, un porcentaje importante de los pacientes participantes en los grandes ensayos con estatinas, presenta un cuadro coronario en los 5 años de duración del seguimiento, es decir, sigue habiendo un porcentaje importante de eventos (60-70%) que no se evitan.

 

Este porcentaje de episodios no evitados a pesar de recibir un tratamiento adecuado, es el denominado “riesgo residual”. Para reducir el “riesgo residual” parece necesario intervenir, o sobre los factores de riesgo sobre los cuales no se ha intervenido con anterioridad (dislipidemia atererogénica, diabetes, hipertensión, tabaco, trastornos de la coagulación, dieta, sedentarismo, etc) o potenciando la actuación previamente establecida, bien sobre la reducción de c-LDL, o reduciendo otras lipoproteínas aterogénicas ricas en triglicéridos, o aumentando el efecto antiaterogénico de las lipoproteínas de alta densidad(HDL).

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Por tanto existen otros factores lipídicos, además del c-LDL, que parecen contribuir de forma importante a la elevada prevalencia de enfermedades cardiovasculares. Concretamente la hipertrigliceridemia (acompañada en la mayoría de los casos con niveles bajos de c-HDL) es un factor de riesgo que contribuye a esta mortalidad residual que queda tras el control de las cifras de c-LDL. Las hipertrigliceridemias graves son un importante problema clínico por su frecuencia, y el riesgo cardiovascular y de pancreatitis que asocian, por lo que su tratamiento es imprescindible. Son pacientes con hipertrigliceridemia grave:

 

  1. Aquellos sujetos con concentraciones muy altas de trigliceridos en ayunas, pacientes con 500 mg/dL en al menos dos ocasiones diferentes.

 

  1. Sujetos con cifras de trigliceridos elevadas e historia de pancreatitis aguda no aclarada. Se consideran concentraciones altas de trigliceridos cuando se encuentran por encima de 200 mg/dL.

 

  1. Sujetos afectos de hiperlipemias mixtas genéticas con grave riesgo cardiovascular asociado. Entre ellas destacan la Hiperlipemia Familiar Combinada y la Disbetalipoproteinemia Familiar cuando las concentraciones de colesterol no-HDL sean superiores a 220 mg/dL y los trigliceridos se encuentren altos (>200 mg/dL).

 

  1. Sujetos con riesgo cardiovascular muy elevado por presentar enfermedad cardiovascular sintomática, diabetes mellitus tipo 2 o enfermedad renal crónica, y que presentan la triada lipídica: aumento de colesterol no-HDL superior a 100 mg/dL; triglicéridos superiores a 200 mg/dL, y colesterol HDL inferior a 35 mg/dL.

 

Los niveles elevados de trigliceridos  son un marcador de una elevación de partículas lipoprotéicas ricas en trigliceridos (íntimamente relacionado con la combinación de altos niveles de colesterol no-HDL y bajos niveles de c-HDL) y constituye un factor de riesgo cardiovascular, que ha sido puesto de manifiesto en diferentes estudios.

 

En el Copenhagen City Heart Study, se encontró un aumento en el riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio a medida que aumentaba el nivel de trigliceridos y sobre todo con valores de trigliceridos por encima de 450 mg/dL13. En otros estudios, como el PROCAM14 o el Framingham se observan resultados que apuntan en la misma dirección: a medida que aumentan los niveles de trigliceridos, aumenta el riesgo cardiovascular, sobre todo si el paciente presenta además otros factores de riesgo, como por ejemplo un aumento de c-LDL.

 

Por otro lado, los niveles elevados de trigliceridos (por encima de 500 mg/dL), además de conferir un riesgo cardiovascular al paciente, también suponen, un riesgo evidente de sufrir episodios de pancreatitis aguda.  Tanto en casos de hipertrigliceridemia moderada (valores de trigliceridos entre 200-500 mg/dL) como en casos de hipertrigliceridemia grave (valores de trigliceridos por encima de 500 mg/dL) es necesario un tratamiento que corrija estos niveles hasta valores óptimos (por debajo de 150 mg/dL).

PRIMEROS PASOS

Este tratamiento pasa ineludiblemente por un primer paso; en que las medidas higiénico dietéticas que incluyen la corrección de sobrepeso u obesidad si existen, el aumento de la actividad física, y la reducción de la ingesta de alcohol, grasa saturada e hidratos de carbono simples son el tratamiento de elección en todas las formas de hipertrigliceridemia, y en muchas ocasiones llegan a normalizar el perfil lipídico reduciendo los trigliceridos.

Ahora bien, en muchos casos, los cambios en el estilo de vida no son suficientes para conseguir unos niveles de trigliceridos satisfactorios y es necesario un tratamiento .

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Eficacia de ácidos grasos omega-3 de prescripción en pacientes con hipertrigliceridemia

 

Como ya se ha comentado, los ácidos grasos omega-3 reducen los trigliceridos actuando a nivel de varios receptores nucleares, implicados en su síntesis/degradación. Producen un efecto reductor de la síntesis/activación del factor de transcripción hepático Sterol Regulatory Element Binding protein (SREBP)–1c, que estimula la síntesis de enzimas lipogénicas. Por otro lado, los ácidos omega-3 son ligandos naturales del factor nuclear PPARα, involucrado en el catabolismo de triglicéridos.

 

El estudio de Harris et al., 199717 prospectivo, doble ciego, controlado con placebo y paralelo tenía como objetivo analizar los efectos de los ácidos omega-3 de prescripción en 42 pacientes con niveles de trigliceridos entre 500-2002 mg/dl. Los resultados mostraron que el tratamiento con ácidos omega-3 de prescripción (4 g/día, durante 16 semanas) redujo eficazmente las concentraciones séricas de trigliceridos en un 45% (+23%; p menor que 0,0001 vs basal), mientras que en el grupo placebo hubo un aumento del16% (+35%; p menor que  0,0001). También hubo una reducción del c-VLDL de un 32% (+20%;p= 0,001), así como un incremento de 0,64 mg/dl del c-LDL (+0,98 mg; p= 0,0014).

 

A su vez, el estudio de Stalenhoef et al.,2000 demuestra que en pacientes con hipertrigliceridemia grave (trigliceridos entre 354-2480 mg/dL), tratados durante 12 semanas con gemfibrozilo 1200 mg o ácidos omega-3 de prescripción 4 g/día, el descenso de trigliceridos en ambos grupos fue similar (40,4% vs 37,1% respectivamente,p menor que 0,05).

 

Por otro lado, en el estudio de Davidson et al., 2006, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo y multicéntrico se evaluaron la reducción del colesterol no-HDL, trigliceridos, y otros parámetros lipídicos con las dosis terapéuticas de ácidos omega-3 de prescripción adicional al efecto de estatinas.

 

Se incluyeron 254 pacientes que tomaron, de forma abierta, simvastatina 40mg durante 8 semanas. Al final de estas 8 semanas, aquellos pacientes con niveles de c-LDL controlados o con un máximo de 10% por encima de los valores óptimos y que presentaban trigliceridos elevados (en ayunas entre 200 mg/dl y 500 mg/dl) fueron aleatorizado en dos grupos, grupo 1: recibieron simvastatina (40 mg/día) más ácidos omega-3 de prescripción (4 g/día), grupo 2: recibieron simvastatina más placebo, el estudio duró 8 semanas.

 

El grupo tratado con ácidos omega-3 de prescripción, de forma adicional a lo que ya se había conseguido con el tratamiento en monoterapia con simvastatina, redujo los niveles de trigliceridos en un 29,5% (+18,7%; p menor que 0,001), vs -3,5% (+22%) en el grupo placebo, y de colesterol no-HDL en un 9% (+14% p menor que 0,001) vs -1,5% (+11%) en el grupo placebo.

 

El c-HDL se incrementó en un 3,4% (+9%, p menor que0,001) vs -1,1% (+9%) en el grupo placebo. Datos provenientes de diversos estudios sitúan la cifra de descenso de trigliceridos con el tratamiento con ácidos omega-3 de prescripción entre 20 y 45%.

 

Este hecho es de vital importancia si tenemos en cuenta que se han descrito efectos secundarios musculares: mialgias, miositis, rabdomiolisis, en algunos casos graves, con el tratamiento en combinación de estatinas y fibratos, lo que obliga a no poder utilizar en ocasiones la combinación estatinas-fibratos  y utilizar otros fármacos como opciones terapéuticas para disminuir los trigliceridos.  Entre estas opciones se encuentran los ácidos omega-3 de prescripción y ácido nicotínico-laropiprant.

A partir de los resultados obtenidos en ensayos clínicos con ácidos omega-3 de prescripción en pacientes con hipertrigliceridemia, las diferentes guías de tratamiento europeas y americanas de la dislipemia reconocen estos fármacos, los ácidos grasos omega-3 como una opción terapéutica en el tratamiento de esta patología.

 

Uso de ácidos grasos omega-3 de prescripción en diversos grupos de pacientes

 

Los ácidos grasos omega-3 son fármacos eficaces en la reducción de los niveles de trigliceridos en todos los pacientes con hipertrigliceridemia y seguros como han demostrado en los numerosos ensayos publicados, y además  cobran especial relevancia en determinados situaciones concretas, cuando el empleo de fibratos como opción terapéutica no se considera posible,o bien no es suficiente para el control óptimo del paciente.

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